martes, abril 01, 2008

"Amanda"

Ella tenia tantos años como las arrugas de su piel podían mostrar y, sin embargo, en sus ojos solo se podía ver un primer amor de juventud, de eterna juventud.


Se encontraba recostada sobre algunos escalones del muelle con su rostro desafiando al viento mientras era mojada por las olas que rompían bajo sus pies.


Su rostro miraba al cielo pero sus ojos solo conseguían acariciar recuerdos de noches y mañanas, de lunas y soles, y amores y lagrimas.


Lagrimas que derramaba mientras pensaba, lagrimas que se convertían en gotitas de mar azul.


Allí sola y pensativa se preguntó: ¿Hace ya cuanto tiempo llevo aquí mirando todo a mi alrededor sin observar cuan bello es?


Se ruborizaba para ella misma habiéndose admitido que el sentimiento de amor que llevaba consigo hacia tantos años le hubieran impedido ver la hermosura de las cosas que tenia a su lado. Y se ponía triste porque sabia que ya no era joven y fresca como lo era cuando se enamoro por primera y única vez; ahora era vieja y solitaria, y en su memoria reinaba un eco profundo, reinaba la nada y cada día que pasaba se hacia menor.


Y lloró aun más cuando se dio cuenta de que un día podía perder lo único que tenia, lo único que había sentido suyo durante toda su vida.


- Un día podría despertar y venir al mar sin saber en que pensar. Un día podría olvidarte amor mío – susurró - ¿Si mi memoria no durara para siempre, dime como recordare que todavía te amo?


Entonces se juró que haría que sus recuerdos se convirtieran en algo mas presencias en su mente. Se prometió a si misma convertir sus sentimientos en algo a lo que pudiera acudir cuando su memoria comenzara a decaer.


Intacto estará mi amor, amor mío. Intacto quedaras hasta el fin de mis días.


Así comenzaba a grabar las tablas del muelle. Convertía sus sentimientos en madera tallada mientras el agua salada se agitaba y las nubes se apropiaban del cielo al mismo tiempo que lo cambiaban de color.


Amanda amaba el mar pues le hacia volver atrás y así, podía volver a ver al amor de su vida.


Ella había amado toda su vida, había amado con mucha dulzura.


¿Amor mío, sabrás algún día que no habrá ninguna puesta de sol mas perfecta que la de hoy?


De esta manera iba llenando cada trozo de madera hasta que no hubo mas lugares donde grabar, o palabras que inmortalizar.


Amanda se apuraba, pues la lluvia había comenzado a caer ferozmente y el mar estaba creciendo rápidamente.


Se iba una vez mas, pero no del mar. Amanda había dejado su corazón grabado en el muelle y sus lagrimas eran parte del agua. Su perfume quedaría para siempre siendo parte de la brisa y en la arena las huellas de su partida.


Ella se fue para no volver. Se fue a fabricar nuevos recuerdos – decía un marinero.


Y seguía caminando, Amanda no se detenía pues ya no tenia 16 años, pero aun así podía esperar a que el amor le golpeara la puerta una vez mas.



Algunas personas viven sus sueños,


Algunas personas cierran sus ojos;


Tan pronto como mi corazón deje de romperse,


Tan pronto como la eternidad haya pasado,


Yo te habré olvidado.

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