domingo, abril 19, 2009

Y el deseo no hizo más que desaparecer cuando más lo necesite. Cruze la puerta y mi corazón comenzo a enfriarse de duda atacándote con los ojos. Desperté de mis pensamientos para darme cuenta de que yo no pertenecía allí, me di cuenta cielo, que tú no me pertenecías.
Y comenze a correr, no supe a donde, pero corrí. Y aquí estoy ahora, escribiéndote mis disculpas. Aquí estoy, lamentándome por no ganarte, aun cuando huí de ti.
Y no me duele haberme ido, sino que no hayas ido detrás de mí.
-Huye conmigo, huye conmigo - te grite despacio mientras preparaba mis pies.


Y no corriste conmigo...

Ayudame a correr hacia vos nuevamente.

No hay comentarios: