martes, julio 28, 2009


Cuando cortes tu pelo, no olvides tejerme una manta con él.
Cuando duerma, mantén los ojos abiertos por mí.
Durante la noche, déjame la luz del pasillo encendida.
Cuando calles, concédeme recuerdos de tu voz.
Si vuelves a amar, recuérdame al menos una vez al día.
Cuando sonrías, permite que sienta tu felicidad.
Por las mañanas, déjame imaginar tu perfume.
Cuando se rompa tu corazón y llores por él, recurre a mí.
Antes de cerrar la puerta por siempre, no te olvides despedirte.
Cuando te vayas, por favor, acuérdate de esto que te digo.
Y no dejes que estemos tristes.

No hay comentarios: