jueves, julio 23, 2009

No creas en caballeros nena

No imagino nada más discreto
que un hombre robándole un beso a una dama
de esos que terminan entre un trago y otro
cuando el karaoke termina, y en el bar,
quedan solo dos
Y entre charla y charla,
pica un poco el corazón
y otro tanto la razón
y el caballero seguía:
"Soñé que tu voz me despertaba,
bajo una noche de soles celosos,
celosos de vos"
Y aquél día, entregué,
algo más que mi copa vacía.

Podría guardar el recuerdo
de aquel mal trago
podría soñar que no fue bueno
y así no extrañarte cuando te vayas
o simplemente puedo, retomar sueños viejos
y ver si la vida tiene que llevarme,
definitivamente a vos.
Y entre charla y charla,
pica un poco el corazón
y otro tanto la razón
y el caballero seguía:
"Soñé que tu voz me despertaba,
bajo una noche de soles celosos,
celosos de vos"
Y aquél día, entregué,
algo más que mi copa vacía.

Y yo que no ambicionaba nada más que a Mr. Ale,
entregué esa noche,
Yo que nunca dejo las armas muy lejos,
Aquél día entregué,
algo más que mi copa vacía.
Vos sabes bien, yo te doné un corazón.

2 comentarios:

Panqueca dijo...

Tengo algo así como un peligroso amor con Galeano ultimamente


=)

Lady Pirata dijo...

Es posible que las armas también sepan cuando es hora de apartarse en estos casos. O quizás, es tan fuerte el huracán que no hay escudo posible, mejor dejarse llevar ¿verdad?

... ¿el delincuente hizo de las suyas? Lo digo por el post de abajo. Espero que si. Uno es lo que es, en el ruedo y fuera de éste. Creo.

Un placer leerte