martes, julio 07, 2009

P. 7

- Te ofresco una mentira - le dije mientras sentada en el piso jugaba a ser otra.
- ¿Y esa mentira que me ofrece? - respondiò.
- Para mentir, tenès que saber la verdad. Bueno, yo te ofresco la mentira.
- ¿Y por què no la verdad?
- ¿No te gustan las mentiras? - dije fingiendo estar sorprendida.
- No. Son inùtiles y no quiero que nunca nos digamos mentiras.
Apaguè la grabadora y guardè una copia en cada habitaciòn paratenerla preparada siempre. Ahora cuando diga que llegò tarde por trabajo y yo no sepa que decir, tendrè preparada mi arma secreta. Ah, tambièn la grabaciòn.

1 comentario:

Panqueca dijo...

=)


por eso yo estudio letras,por que aparte de escucharme me hablan