martes, abril 28, 2009

Me adentro en el hueco que tus brazos hacen para mí. Me hago más pequeña para que vos me parezcas aún más grande. Juego con la fantasía de ser demasiado chica para vos, demasiado chiquita para que me toques, para que me ames, para que me tengas. Y se que quiero, te quiero a vos, en alma y en cuerpo. Te quiero siempre.
Te veo, en las sombras de las sabanas, y finjo tener miedo, para que me cuides. Fingir no es suficiente, querer tampoco. Te quiero siempre.

domingo, abril 19, 2009

Y el deseo no hizo más que desaparecer cuando más lo necesite. Cruze la puerta y mi corazón comenzo a enfriarse de duda atacándote con los ojos. Desperté de mis pensamientos para darme cuenta de que yo no pertenecía allí, me di cuenta cielo, que tú no me pertenecías.
Y comenze a correr, no supe a donde, pero corrí. Y aquí estoy ahora, escribiéndote mis disculpas. Aquí estoy, lamentándome por no ganarte, aun cuando huí de ti.
Y no me duele haberme ido, sino que no hayas ido detrás de mí.
-Huye conmigo, huye conmigo - te grite despacio mientras preparaba mis pies.


Y no corriste conmigo...

Ayudame a correr hacia vos nuevamente.

domingo, abril 05, 2009

Cubierta de sábanas de papel me entregué al vacío de la noche, oscura y brillante.
Negra por naturaleza, luminosa por el hombre despierto; corren entre sus calles almas en pena; los fantasmas descansan, las mentes vivas no. Algunos sueñan con salir, otros con entrar. En el hueco entre el sueño y la vigilia se aglomeran millones de voces, unas sobre otras, gritando, riendo, cantando, aullando. Es la noche, todo vale. Todo, menos descansar.
Es el encanto maldito de muchos que por las noches dejan sus luces prendidas a manos de su inimaginable fantasía. Piensan, sienten, hacen, nacen. La noche no les da respiro, miren para donde miren el cielo negro está ahí, para observarlos, protegerlos, como un espejismo de la nada misma y, a su vez, del todo.
Miro por la ventana de mi habitación de la que esta noche no salí, el sol se aproxima; esa luz me intimida y me obliga a despertar. Ya estoy despierta otra vez. Para nosotros el día es solo el intermedio entre la noche anterior y la que vendrá.

Infidelidad...

Hubo una vez un hombre, que defendiendo toda su verdad
Insistió en cometer un crimen atroz y pasional...
Su verdad era: que el amor fue y será libre del amor. Y por ser éste libre, confusiones tiene.

Y por esto, solo por esto, estuvo conmigo esa noche. No reparó en gastos, ni en deseo.

Hubo una vez un hombre, yo lo vi frente a mí,
Su verdad no era más que relativa, pues era para mi nada más que palabras vanas;
Su libertad no duró más de lo que tardó en alejarse de ella para aparecer ante mí.