martes, julio 31, 2012


No estoy llorando. No soy un huracán.
No puedo ser una carta  releída.
Porque nunca te conocí.
Soy una hoja bebé de estación.
Mi voz nunca se fue.
Estoy en alguna montaña egocéntrica,
de alguna ciudad de otro mar.
Porque nunca te conocí.
No necesito ducharme en agua bendita.
No me quemo los huesos con sal.
Porque nunca te conocí.
No estoy saltando en escombros ordenados.
No estoy negando nada.
Porque nunca me conociste.

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