Existen en mí, dos cascos. Uno me preserva de vos y de tus contusiones. Me aleja tus plagas que me persuaden para apagarme.

El otro, más grande, me cuida de mi nube.  Me salva de las turbulencias en mi lucidez.

Los civiles de mi amor no tienen pistolas. La única arma de fuego sos vos.

Pero yo voy a bancarme la antorcha viva, porque viene de tus flechas.

Este nuevo día surgió en Clara una nueva posibilidad. Podría perder a Ale una y otra vez desde que en su reloj no se agrupaban los errores. Podría ganarlo cada vez que lo especulara de nuevo. Este día Clara sería un borrador. Y los mejores bocetos se alimentarían de sus resbalones.

No puedo ser receptivamente positiva cuando querès engañarme con mensajes confusos.

Soy concreta, corta y concisa, como la respuesta de una consigna en un parcial.

Y quiero. No. Necesito, que seas una pregunta conceptual. Algo fácil pero profundo que pueda abrir la puerta para poder responder claramente con mis ideas complicadas.

Hacème esa pregunta original que espero todos los días. Así mi respuesta también parezca novedosa. 

Y también dame un beso, o tu mano, o tus ideas. Cualquier cosa que me haga sentir que ser rara es bueno.

Quiero ser cálida. Pero me muestro con vos como morgue  de emociones.

Tu camino está libre de mis huellas, por más tiempo que lleve caminando en él.

Y mi corazón es una ruta nacional llena de carteles de Precaución.

Asique hoy ya no entiendo nada. No sé cómo ser el trámite que me haga pasar tu frontera.

No sé cómo ser agua calma que quieras navegar.  Solo sè ser tormenta. 

Ayudame a ser cálida, para no mostrarme como morgue de noche.