Estás tan solo. Te siento espacioso. Mis manos pueden
moverse por todos lados sin tocar nada más que las paredes de tu terreno. Y te
aprendo a querer. Me animo a quererte vacío.
Todavía no se cómo llenarte. Me pregunto si el movimiento de
mis manos adentro tuyo hace que te sientas menos desocupado. Me pregunto si eso
es suficiente para llenarte.
Cuando el eco se escucha de nuevo me doy cuenta que no. Con qué
te amueblo? Qué decoración te gusta? Podríamos pintar las paredes con colores
de moda.
Me asusta llegar a quererte estando vacio, por así nunca voy
a tener motivos para satisfacerte, porque ya te quiero.