domingo, agosto 16, 2015

Sos vos, el nacimiento de Dios.




Hay un momento casi fundante en la vida de toda persona. 
Un día. Un segundo. 
Un llanto. Una carcajada inolvidable. 
Una nevada. El ruido del mar. 
Una pérdida. Un nacimiento. 
Una decisión buena. Una decisión mala. 
Un sueño. Una pesadilla. 
Despertar junto a alguien por primera vez. 
La primera vez. 
Conocer a una persona. 
Una persona.
Enamorarse. Enamorarla.


Yo, que que soy Dios y espíritu omnipresente,
no puedo recordar mi momento fundante. 
No ha existido coronación,
 no he nacido en una determinada hora. 
Fui reconocido desde siempre por la vida, 
que he ayudado a construir. 
Yo, que he creado el Universo. 
El Universo, que me ha creado a mí. 
Yo existo en un viento liviano
y también en aquel arrasador. 
Estoy, también, en un momento de felicidad. 
A mí, que me han elegido por muchas religiones, 
que me han puesto tantos nombres y tantos rostros. 
A mí, que a veces no saben comprenderme. 
Mi existencia, que muchos niegan y otros distorsionan.
A mí, que no siempre saben celebrarme. 
Pero soy eso, aquella sensación, aquello todo. 
Toda sabiduría y todo amor.


Y sin embargo, no puedo identificar mi momento fundante,
los tengo a cada momento,
cada vez que algo vive ésa entrañable experiencia 
que cambia sus vidas para siempre.
Entonces, he elegido apropiarme de una ocasión que, 
de alguna forma, es ajena a mí, 
y desde allí la escojo para bautizar mi propio instante constitutivo.
Y yo he elegido a ése hombre, 
que ésa mujer tanto ama. 
No elegí su amor ni sus sentimientos. 
Yo, lo he elegido a él,
el que a los ojos de ella, 
es el momento fundante de Dios. 

viernes, agosto 14, 2015




Como una olla de agua hirviendo al lado de un cenicero en uso; humo y vapor expandiéndose, conquistando rincones de cocina. Indistinguibles, inherentes. Faltaba concienciar un detalle último para encontrarse a sí misma, para conocer el desvío inseparable a su ruta. Ésa ruta que era dos y sólo una.
 Cuando el calor íntimo de su ánimo evaporó la característica final, ella, no pudo más que definirlo como siniestro.

martes, octubre 14, 2014

Soy la habitación oscura a la que le tenés miedo.
Tan negra y callada, no avisa del desorden.
Cuando quieras prender la luz, una garra va a taparla con la cortina.
Soy sombra  que sólo ladra.
Porque soy la habitación oscura que te tiene miedo.


"El depredador que la acecha no es hostil. Discreto y distante, sólo resuelve la agresividad del propio corazón de Clara. Porque él no eligió ser cazador y ella, eligió ser su presa.
Aislado y misterioso, persigue a la depredadora y le protege su soledad. Y él no entiende nada.

Le aparta con su mejilla los ojos de su oído. Y ella escucha todo, aunque  se trate de veneno. Porque Alejandro vigila a la solitaria. Y él no lo sabe."

miércoles, diciembre 12, 2012



No me quejo, no duele. 
Te escucho masticar las pocas plumas que me quedan. 
Veo como podés  dejarme expuesta a las rayas tus ojos que no me miran. 
Siento los puntos rojos que no cicatrizan después de depilarme las alas.



Me gusta tu peligrosa forma de hacerme depender de tu vuelo.

domingo, noviembre 18, 2012



No odio al hielo por quemarme. Mis manos tienen la culpa por querer tocarlo tanto tiempo.




Mi piel tan valiente que nace guardián. Que cuando quiero cubrirla y protegerla se siente cobarde y se envejece.
Mi piel que es mi verdadero espejo y me habla en lenguaje de color sangre viva. Es la traductora de mis instintos.
Mi piel que me enseña cómo se cicatriza un rasguño. Que se hace cargo del dolor de otros órganos.
Mi piel que es mi mamá en mi propio cuerpo. Mamá que me enseña a sentir el mundo.
Mi piel es tan fina que cuando se rompe puedo volverla a tejer. Entonces no es solo fina; ella es creativa. 

domingo, septiembre 30, 2012



No importa que tan suave pueda ser tu piel.  
Abajo la sangre sigue siendo roja.

lunes, agosto 20, 2012




Estás tan solo. Te siento espacioso. Mis manos pueden moverse por todos lados sin tocar nada más que las paredes de tu terreno. Y te aprendo a querer. Me animo a quererte vacío.
Todavía no se cómo llenarte. Me pregunto si el movimiento de mis manos adentro tuyo hace que te sientas menos desocupado. Me pregunto si eso es suficiente para llenarte.
Cuando el eco se escucha de nuevo me doy cuenta que no. Con qué te amueblo? Qué decoración te gusta? Podríamos pintar las paredes con colores de moda.
Me asusta llegar a quererte estando vacio, por así nunca voy a tener motivos para satisfacerte, porque ya te quiero.

martes, julio 31, 2012



Mis pulmones no son muy grandes.
Mi nariz cree estar resfriada todo el tiempo.
Mi garganta no quiere filtrar tanto aire junto.
Mi cabeza quiere amarte todo el tiempo.
Pero como ves, algunas partes de mí,
necesitan respirar  con más espacio.