"El depredador que la acecha no es hostil. Discreto y
distante, sólo resuelve la agresividad del propio corazón de Clara. Porque él
no eligió ser cazador y ella, eligió ser su presa.
Aislado y misterioso, persigue a la depredadora y le protege
su soledad. Y él no entiende nada.
Le aparta con su mejilla los ojos de su oído. Y ella escucha
todo, aunque se trate de veneno. Porque Alejandro vigila a la solitaria. Y él
no lo sabe."
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