Llegue a tu corazón avergonzándome de mi locura. Llegue sin saber quien era. Y hoy me vi esforzándome por permanecer loca. Descuartizando cuanta coherencia sentía en mí, alejando todo lo sano de mi mente. Pero algo de coherente encontré en este encuentro: yo te ame desde el primer momento en que te vi; y así, irónicamente, te convertiste en mi locura.
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