sábado, enero 17, 2009



Ale deslizaba su mano bajo la tela blanca que se fundía sobre el cuerpo de Clara, desojaba cada centímetro de piel a medida que la besaba y difuminaba las líneas que se interponían entre su abrazo, por lo que Clara estaba segura, ahora sí ella era parte de Ale. Su ardiente corazón latía con más intensidad que nunca y parecía tocar el pecho de Ale, parecía palpitar excitado junto con él como si funcionaran dentro de un mismo cuerpo.
Y así, Clara cerró los ojos para dejar a su corazón seguir golpeándolos con fuerza.

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